El sentimiento de culpa es algo
totalmente necesario, pero debemos ser
conscientes de que este no debería ser tan fuerte y repetido como para ser
capaz de amargarnos la existencia. No es bueno que este sentimiento llegue a
ser tan inmensamente agudo que llegue a amargarnos o incluso que llegue a
afectar nuestra salud. Para ello resulta
indispensable saber canalizar adecuadamente los resentimientos.
Todas las personas, tarde o temprano,
cometemos algún tipo de error que puede herir a un ser querido, ya sea por una
acción equivocada o un juicio fuera de lugar. Tras esto lo más probable es que
le invada un sentimiento de culpa, algo totalmente normal que sucede, o por lo
menos debería suceder, a todas las personas.
Este sentimiento de culpa es
algo positivo, que nos indica que algo no marcha bien. Es entonces cuando
debería ayudarnos a cambiar de conducta convirtiéndose en nuestro mejor y más
valioso aliado. Esto se vuelve en contra de uno cuando no es capaz de canalizar
esos remordimientos y el sentimiento de culpa lo supera. Cuando no es capaz de
superar con naturalidad dicho bache y este se convierte en un sentimiento
dañino.
¿Qué es realmente el
sentimiento de culpa? ¿Cómo nos afecta?
Se trata de un reacción ante el incumplimiento de alguna expectativa que
teníamos marcada. La aparición de estos primeros síntomas nos ofrece la
posibilidad de cambiar el rumbo tomado, y tratar de mejorar, alcanzando así
nuestra meta. Podríamos llegar a
considerar que el sentimiento de culpa es indispensable, ya que es una parte
importante en el crecimiento de la persona.
Este sentimiento, como bien hemos dicho antes, en la mayoría de los
casos es algo positivo, sin embargo en algunas personas puede llegar a
convertirse en algo que podríamos llamar enfermizo.
Todos somos conscientes de que
es algo normal sentirse culpable al mentir a un amigo, sin embargo no nos
resulta del todo lógico pensar, que alguien se pueda sentir culpable porque ha
llevado a alguien al cine y la película no le ha gustado. En este caso le puede dar rabia que la
película no haya sido de su gusto, pero el sentimiento de culpa no está
justificado. Aquí es donde estaríamos hablando de un sentimiento de
culpabilidad enfermizo.
A veces el sentimiento de culpa
no aflora en el campo de la conciencia, sino que se presenta de forma reprimida
en forma de depresión, una irritabilidad muy marcada o el mal humor gratuito.
Sin duda son infinitas las causas que nos pueden llevar a sufrir este sentimiento universal, puede deberse a que hemos comido en exceso y queremos cuidarnos un poco o a que hemos cometido algún error más grave, como romper el juguete de nuestro hermano y fingir no saber nada.
Para evaluar el alcance de nuestro error, no estaría de más plantearnos una serie de preguntas que nos ayuden a detectar nuestro grado de implicación y culpa: ¿Es muy grave lo que he hecho? ¿Podría haberlo evitado? ¿Debo cambiar mi conducta? ¿A quién debo mis disculpas?
Sin duda son infinitas las causas que nos pueden llevar a sufrir este sentimiento universal, puede deberse a que hemos comido en exceso y queremos cuidarnos un poco o a que hemos cometido algún error más grave, como romper el juguete de nuestro hermano y fingir no saber nada.
Para evaluar el alcance de nuestro error, no estaría de más plantearnos una serie de preguntas que nos ayuden a detectar nuestro grado de implicación y culpa: ¿Es muy grave lo que he hecho? ¿Podría haberlo evitado? ¿Debo cambiar mi conducta? ¿A quién debo mis disculpas?
En definitiva, no concedamos
excesiva importancia a lo que no lo tiene y seamos capaces de perdonarnos,
sacando de cada error su lado positivo. Ya
que como bien dijo un sabio escritor romano en el siglo I: " Que infelices
los que no saben perdonarse a sí mismos".
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